jueves, 11 de agosto de 2011

Día -1 americano: Yo también me emociono al escuchar a alguien hablar español...




Intento relatar mi corta, pero intesta instancia al aeropuerto de Chicago. Sola. He cambiado de puerta de embarque ya dos veces… porque no era la correcta… Repito, estaba sola… Espera que te espera dos horas delante de la puerta de embarque a que aparezca en el monitor; Flight 226 “Block C – 1”. Sale con retraso… A mi lado tengo a un chino/japonés, que con sus pantalones metidos por los calcetines, no para de sacar fotos a cualquier cosa existente en el aeropuerto. Por fin entré en el avión…Cinco malditas horas de vuelo, cinco horas en las que absolutamente nadie en el avión tan repleto en el que iba, abría la boca. Tan solo se escuchaba el llanto de dos bebés poco consolados por sus madres adormiladas.
Bajar del avión, tenerlo a tus espaldas. Llegar andando como bien puedes con la maleta… a un aeropuerto inmenso de un lugar totalmente desconocido, todavía… Con la maleta tan llamativa que la gente se queda mirando. Cansancio. Apenas has dormido, se empiezan a asomar esas ojeritas en tu cara... Pero estos “detalles insignificantes” es lo de menos… te da igual, porque estás contenta… contenta de por fin ver a tu familia con la que has hablado e ilusionado durante meses. Pero a la vez estas con una cosa espantosa en el cuerpo, mis queridos amigos los nervios… Nervios por no saber lo que te espera en este año, un año con gente a la que nunca has visto todavía... Un año largo y tremendamente cargado de emociones y sensaciones nuevas. Y cuando me decían… “Aida, los americanos son un tanto raros, ya verás, notarás esa diferencia con España”… Están todo el día riéndose, sin parar de hacer cosas geniales con unas ganas de vivir inmensas. ¿Y esto es raro? Creo que los raros seríamos los españoles… Pero por primera vez en la vida me siento la única europea en un mundo americano. Creo que no será la primera y única vez en este año que me sienta así.


Aida Mosquera.


Foto: En el autobús, de motivación, de vuelta al hotel, en Nueva York, tras un largo día de visitas al Empire State Building, La Estatua de la libertad, Times Square...

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