lunes, 8 de agosto de 2011

Día -1 español: Un tranquilizante, por favor…


“Cada cosa a su tiempo, tranquila, que no cunda el pánico, Aida…” La misma frase en mi cabeza día tras día tras día desde que estoy empezando a asimilar que mis días en España se están acabando... De que se acaba todo, se deja una vida, dejando todo lo que la acompaña… y de que próximamente empieza otra nueva, otra vida que espero que nunca sea peor a como lo es la española.
Yo aquí, todavía en España, rondando la 1.30, en el intento de cerrar la maleta... de acabar de meter algunas cosillas en la maleta, hablando no sé si sola o con alguien… imaginándome cómo será mi futuro, el futuro que me espera… Me veré andando, ligeramente perdida, por tierras americanas. Pero si soy sincera, ahora sólo me tranquiliza pensar en “primero Nueva York, después Utah”… Cuando llegue el momento de bajar del avión que me deja en Salt Lake City, sé que estaré demasiado nerviosa… madre, como para no reaccionar como en realidad tengo que reaccionar, o al menos espero reaccionar correctamente, y no hacer nada extraño, ninguna españolada que les llegue a incomodar… No saltarme ninguna de las indicaciones que nos dieron a mí y al resto en las reuniones… ("Nada de besos"), me costará mucho no despedirme de alguien y presentarme a... "a la española"??!, sino, dando un abrazo o incluso la mano. Tampoco podré despertarme “tarde”, bajar las escaleras en pijama medio dormida… verter un poco de leche en una taza, echar de esos cereales que tanto me gustan, leyendo la caja de estos en portugués, francés, alemán e inglés… mientras escucho mi canción preferida, o viendo la televisión… zapeando hasta cansarme… ver mucho, pero en realidad no ver nada... Pero bueno, todo esto son asuntos que yo ya iré viendo con el tiempo… como ver si podré bajar en pijama a desayunar… o ver a qué hora me tendré que lavar los dientes y meterme en la cama, ver a qué hora me tendré que levantar los fines de semana… Pero ahora voy a darme un respiro unos días en Nueva York con el resto de los chicos y chicas… Olvidarme absolutamente de todo, parar el reloj por unas horas, congelar el tiempo, poner la mente en blanco sólo para disfrutar y evitar no pensar a reflexionar ni una milésima de segundo sobre la cosa tan grande que se me viene encima… Pero Aida, recuerda que… “Primero Nueva York; - después Utah.” Tras haberle contado todo esto al aire, no estoy para historias... Así que tendré que bajar las escaleras en busca de algo para relajarme. Un tranquilizante sería una buena idea.

Aida Mosquera.

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