lunes, 5 de septiembre de 2011

Día 27: Una pizca de filosofía americana por aquí, un poquito de la española por allá.



Primeras lluvias en Draper, y con ellas una charla. Quizás la charla más adulta que he tenido en toda mi vida, con mis padres americanos. Me izo comprender toda esta compleja filosofía americana un poco más, ver todo más claro... fué la que me hizo abrir los ojos, ver que no todos somos iguales, que no todos tenemos los mismos gustos, las mismas maneras de pensar, las mismas religiones, las mismas maneras de respetarse... Que no todos tenemos los mismos puntos de vista sobre un tema del que nunca te has parado a pensar que alguna vez estarías comentándolo con alguien ya que era demasiado tonto e insignificante como para tener una conversación seria sobre él. Pues sí amigo, no sé si hoy es ese día exactamente, de esos días en los que ves todo nítido, todo muy claro, pero tengo claro que en estas semanas estoy empezando a asimilar cómo la gente vive aquí, cómo es la vida Estadounidense… El mundo es muy pequeño, amigo mío… Como bien dicen algunos más sabios que otros; el mundo es como un pañuelo. Porque Estados Unidos es mucho más que una gala de los Premios Oscars, una gala de los Golden Globes, de actrices preciosas con vestidos increíblemente maravillosos, de derroche de glamour, de lujosas mansiones, de grandes y caras marcas, de famosas primerizas / adolescentes californianas con pintas desaliñadas saliendo a la calle en chanclas, con agua vitaminada de sabores en mano, a comprar comida al Costco de la esquina más cercana sus casas, es mucho más que bailes de instituto con chicas con pelos tiesos-rizados de peluquería y vestidos pomposos horteras de colores, que más de una no nos los pondríamos ni en carnaval, porque es mucho más que animadoras gordas que se les ve todo el trasero cuando saltan al hacer esas coreografías tan bien preparadas, con esas minifaldas negras y rojas (que tan solo pueden llevarlas sin correr este riesgo esas esqueléticas animadoras que vuelan por los aires en esas coreografías), que se entregan en cuerpo y alma animando al equipo de futbol americano de su instituto, es mucho más de lo que vemos en una película Hollywoodiense, de lo que vemos en las revistas, es mucho más que una bandera conocida por todos, más por unos que por otros; Lo aseguro. Porque esta es no mi realidad, no es la realidad de nadie, o al menos no es la realidad de un americano, esta no es mi América, no es mi Estados Unidos, no es mi granito de Estados Unidos... Sino que mi Estados Unidos es mi Utah, mi Draper, y mi querida familia Eldredge.

Aida Mosquera.

Fotos: Mis queridas por el bendito skype.

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